sábado, 28 de febrero de 2009

incidencias del alcoholismo








El alcoholismo es el consumo exagerado de alcohol, que ocasiona al bebedor problemas físicos, mentales, emocionales, laborales, familiares, económicos y sociales. Desafortunadamente, el consumo de alcohol aumenta de manera constante, sobre todo entre los jóvenes. Las defunciones por accidentes relacionados con el alcohol (choques, atropellamientos y suicidios) ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte en muchos países.
DESCRIPCIÓN
El alcoholismo se divide en abuso de alcohol y dependencia del alcohol; si bien, esta diferenciación no es relevante desde el punto de vista clínico. El abuso de alcohol indica dependencia psicológica, es decir, la necesidad de consumir alcohol para el funcionamiento mental adecuado, junto con consumo ocasional excesivo y continuación de la ingestión alcohólica a pesar de los problemas sociales. La dependencia del alcohol abarca alteraciones similares junto con signos de mayor tolerancia (necesitar más alcohol para obtener el mismo efecto) o signos físicos de abstinencia alcohólica. El alcoholismo puede originarse debido a varios factores, entre los cuales figuran: una personalidad predisponente, inmadurez o incapacidad de relacionarse, presión social y estrés.
CONSIDERACIONES
El alcohol puede originar serios problemas de salud, incluso cirrosis, demencia y destrucción de los músculos del corazón (cardiomipatía). Los alcohólicos tienen mayor riesgo de accidentes, especialmente cuando están ebrios (borrachos). El alcoholismo afecta seriamente la relación del alcohólico con su familia, limita las aspiraciones profesionales del individuo y, finalmente, causa la muerte. Evite que los jóvenes y adolescentes beban. Las posibilidades de desarrollar este mal son mayores entre aquellas personas que comienzan a beber en edades tempranas.
CAUSAS
Aparentemente el alcoholismo tiene una base química y un componente psicológico, pero no se sabe por qué algunas personas pueden consumir alcohol sin hacerse adictas y otras no. Las investigaciones parecen indicar que hay personas genéticamente predispuestas. Su predisposición bioquímica se activa bebiendo, por lo cual tarde o temprano caen en la dependencia.
Otras personas parecen alcoholizarse debido a las costumbres sociales, a su entorno familiar o a los hábitos adquiridos. Ciertas características psicológicas parecen aumentar el riesgo de alcoholismo. Estas incluyen:
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los alcohólicos manifiestan las siguientes características:
Beber para calmar los nervios, reducir la presión u olvidar preocupaciones Disminución del apetito Beber de un trago Mentir al respecto Beber a solas cada vez con mayor frecuencia Maltratarse a sí mismo o a otros después de haber bebido Emborracharse a menudo Necesitar más alcohol para conseguir el mismo efecto Carácter irritable, resentido o irracional si no se está bebiendo Tener problemas de salud, sociales o financieros debidos a la bebida
Depresión Comportamiento hostil y autodestructivo Inmadurez sexual Ciertos rasgos esquizoides como: Timidez y gusto por la soledad .








Si se encuentra entre los millones de personas en este país que tiene uno de sus padres, abuelos o algún otro miembro cercano de la familia que es alcohólico, se habrá preguntado qué significado tiene este antecedente familiar en su vida. ¿Formarán parte de su futuro los problemas con el alcohol? ¿Tendrá más propensión al alcoholismo que otras personas, cuyas historias familiares no incluyen la enfermedad? Si así fuera, ¿qué puede hacer para minimizar el riesgo?
Muchas investigaciones científicas han demostrado que los factores genéticos tienen influencia sobre el alcoholismo. Estos descubrimientos demuestran que los hijos de padres alcohólicos son hasta cuatro veces más propensos a desarrollar problemas con el alcohol que el resto de la población general. Sin embargo, el alcoholismo no se determina solamente por la composición genética heredada. De hecho, más de la mitad de los hijos de padres alcohólicos no llegan a serlo.
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Existen estudios que demuestran que muchos factores influyen sobre el riesgo de desarrollar alcoholismo. Los investigadores creen que el riesgo en una persona incrementa cuando existen en la familia las siguientes dificultades:
un padre alcohólico sufre de depresión o algún otro problema psicológico;

ambos padres abusan del alcohol y otras drogas;

el abuso del alcohol por parte de los padres es severo; y

los conflictos llevan a agresión y violencia en la familia.
La buena noticia es que muchos de los hijos de padres alcohólicos, aún aquellos que provienen de las familias más perturbadas, no siempre desarrollan problemas con las bebidas alcohólicas. Así como la historia de alcoholismo en la familia no garantiza que una persona será alcohólica, tampoco lo garantiza el ser criado en una familia con muchos problemas, con padres alcohólicos. El riesgo es mayor, pero no tiene porqué ocurrir.
Si le preocupa que la historia familiar de alcoholismo o los problemas de su vida en familia lo pongan en riesgo de convertirse en una persona alcohólica, aquí se ofrecen consejos de sentido común para ayudarle:
Si es menor de edad, evite consumir bebidas alcohólicas—En primer lugar, hacerlo es ilegal. En segundo lugar, la investigación demuestra que se corre mayor riesgo de convertirse en una persona alcohólica, cuando se comienza a beber a edad temprana, probablemente como resultado tanto del medio como de factores genéticos.
Como adulto, beba moderadamente—Aún cuando no exista antecedente de alcoholismo en la familia, aquellos adultos que eligen consumir bebidas alcohólicas deben hacerlo con moderación; en el caso de la mayoría de las mujeres, no más de una bebida por día; en el caso de la mayoría de los hombres, no más de dos bebidas al día, de acuerdo con las recomendaciones del Departamento de Agricultura y del Departamento de Salud y Recursos Humanos, de Estados Unidos. Algunas personas no deberían beber en absoluto, incluyendo mujeres que están embarazadas o están intentando hacerlo; personas que están recuperándose del alcoholismo; cualquier persona que anticipa tener que conducir un automóvil o llevar a cabo alguna otra actividad que requiera atención o pericia; personas que se encuentran tomando ciertos medicamentos y personas con determinadas condiciones médicas.
Las personas con antecedente familiar de alcoholismo, que corren mayor riesgo de desarrollar dependencia, deberían encarar el consumo moderado de alcohol con prudencia. Es posible que les resulte más difícil mantener hábitos de consumo moderados, que a otras personas en cuyas familias no existe historia de alcoholismo. Una vez que una persona pasa del consumo moderado de alcohol a tomar en exceso, el riesgo de problemas sociales (como por ejemplo, conducir bajo la influencia, violencia y trauma) y los problemas médicos (como por ejemplo, enfermedad hepática, daño cerebral y cáncer) aumentan considerablemente.
Hable con un profesional de la salud—Discuta sus preocupaciones con un médico, enfermera u otro profesional de la salud. Pueden recomendarle grupos u organizaciones que posiblemente lo ayuden a evitar problemas con el alcohol. Si usted es una persona adulta que ya ha comenzado a beber, un profesional de la salud puede evaluar sus hábitos con respecto al consumo del alcohol y determinar si fuera necesario que disminuya el consumo y cómo hacerlo.
Información adicional
Contacte las siguientes organizaciones si usted o algún conocido suyo necesita ayuda o más información sobre el abuso del alcohol o sobre el alcoholismo:

Lo remite a grupos locales de Al–Anon, que son grupos de apoyo para parejas y otros adultos importantes en la vida de una persona alcohólica. También crea contactos para grupos Alateen que ofrecen apoyo a hijos de alcohólicos.

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